En el embarazo existe una situación procoagulante que se manifiesta desde la implantación y persiste durante toda la gestación y el puerperio. La trombofilia puede acentuar dicha situación de hipercoagulabilidad y con ello interferir en una adecuada implantación, provocar una deficiente invasión trofoblástica y una mala circulación útero-placentaria.
En esta ocasión vamos a exponer parte de la información disponible que apoya la relación entre incremento del factor VIII y abortos recurrentes.
El factor VIII desempaña un papel fundamental en la cascada de la coagulación que conducirá a la formación de fibrina. Los niveles de factor VIII aumentan a lo largo del embarazo en especial a partir de la semana 16 de gestación. También hay un significativo incremento del mismo en la estimulación hormonal de la reproducción asistida.
Ante la valoración de un incremento de factor VIII debemos señalar que sus niveles aumentan en situaciones reactivas agudas. Por tanto, conviene repetir la analítica antes de considerarlo como factor a tener en cuenta.
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